El olivo (Olea europaea) es un árbol resistente, de hoja perenne, originario de la región del Mediterráneo.
Olivo Cuidado
Olea europaea



En interiores, los olivos suelen cultivarse como plantas ornamentales, aunque con las condiciones adecuadas pueden producir frutos. Sus hojas, estrechas y de color verde plateado, aportan elegancia a cualquier espacio. Los olivos pueden alcanzar hasta 15 metros de altura, pero cuando se cultivan en interiores tienden a ser más pequeños, normalmente entre 1,2 y 1,8 metros, dependiendo de cómo se poden.
Cómo Cuidar la Planta
Regadío
A los olivos les gusta que el sustrato se seque ligeramente entre riegos. Riega tu planta cuando los primeros 2,5 a 5 cm de la parte superior del sustrato estén secos. Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), riega con más frecuencia, aproximadamente una vez a la semana. En otoño e invierno, reduce el riego a una vez cada 10 o 14 días. Ten cuidado de no regar en exceso, ya que los olivos prefieren condiciones ligeramente más secas que otras plantas de interior.
Poda
La poda es fundamental para mantener el árbol manejable y sano en interiores. Recorta las ramas débiles o alargadas a principios de primavera, antes de que empiece el nuevo crecimiento. También puedes podar a lo largo de la temporada de crecimiento para mantener el tamaño y la forma deseada. Eliminar las ramas muertas o dañadas mantiene al árbol saludable y favorece la circulación del aire.
Fertilizante
Alimenta tu olivo con un fertilizante líquido equilibrado una vez al mes durante la época de crecimiento, en primavera y verano. Un fertilizante formulado para cítricos o plantas mediterráneas también funciona bien. En otoño e invierno, puedes prescindir del fertilizante, ya que el crecimiento del árbol se ralentiza.
Luz de sol
A los olivos les encanta la luz solar y necesitan al menos 6 horas de luz directa al día para prosperar en interiores. Colócalo cerca de una ventana donde reciba la mayor exposición a la luz. Si vives en el hemisferio norte, elige una ventana orientada al sur; si te encuentras en el hemisferio sur, una ventana orientada al norte será lo ideal para garantizar esas 6 horas de luz diarias. Si no dispones de suficiente luz natural, considera usar una lámpara de cultivo para mantener tu olivo sano y feliz.
Suelo
Es esencial utilizar una mezcla de tierra con buen drenaje. Puedes utilizar sustrato para cactus o suculentas o crear tu propio sustrato mezclando tierra normal para macetas con arena o perlita. La mezcla debe tener un pH ligeramente alcalino o neutro, idealmente entre 7,0 y 8,5, para replicar su hábitat mediterráneo nativo.
Propagación
Los olivos pueden propagarse mediante esquejes. En primavera o a principios del verano, toma un esqueje de unos 15 a 20 cm de largo de una rama sana. Retira las hojas inferiores y coloca el esqueje en una maceta con sustrato que drene bien. Mantén el sustrato ligeramente húmedo y ubícalo en un lugar con luz brillante e indirecta. Las raíces pueden tardar varias semanas en formarse, pero una vez que lo hagan, podrás tratarlo como un olivo normal.
Temperatura
El olivo prefiere temperaturas cálidas, idealmente entre 18°C y 27°C. En interiores, evita colocarlos cerca de corrientes de aire frío o aires acondicionados, ya que las temperaturas inferiores a 4°C pueden estresar a tu planta. Aunque pueden tolerar breves periodos de frío, las temperaturas bajas constantes le causarán problemas. En invierno, mantenlo en un lugar fresco y luminoso para replicar su ciclo estacional natural.
Maceta
Los olivos requieren un recipiente grande y con buen drenaje para prosperar en interiores. Una maceta de al menos 30 o 45 cm de diámetro es necesaria. Elige un contenedor que posea agujeros de drenaje para evitar la pudrición de las raíces. Además, materiales como la terracota o la cerámica son ideales para ayudar a controlar los niveles de humedad. A medida que tu árbol crece, considera trasplantarlo cada 2 o 3 años para darle más espacio a las raíces.
Hecho de la diversión
Los olivos han sido venerados durante miles de años, simbolizando la paz y la victoria en las culturas antiguas, especialmente en Grecia, donde adornaban a los campeones olímpicos con coronas de olivo. Estos árboles son increíblemente longevos, se cree que algunos tienen más de 1.000 años y pueden seguir produciendo frutos en condiciones difíciles incluso después de siglos. Sus frutos son la fuente del aceite de oliva, un pilar de la cocina mediterránea, célebre por sus beneficios para la salud, como su riqueza en grasas monoinsaturadas y antioxidantes que favorecen la salud del corazón y reducen la inflamación.
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